viernes, 16 de mayo de 2008

3.3----SITUACION ACTUAL DEL CAFÉ





CAFÉ SITUACION ACTUAL

La agroindustria del café se ha contraído visiblemente debido a la baja de los precios internacionales, repercutiendo de manera considerable sobre el resto de la economía nacional. Históricamente el café ha sido un soporte material de la acumulación interna de capital, estrechamente vinculado con los orígenes de la industria nacional y con el despliegue del mercado interno, es decir, ha sido fuente de financiamiento para el resto de la economía del país y permitió vincular la economía nacional con la internacional, a pesar que en las dos últimas décadas observamos una menor participación de este subsector económico en PIB nacional.
El subsector del café absorbe el 35% de la fuerza de trabajo del mercado agrícola del país, y el contorno se vuelve mas crítico, toda vez que la industria nacional y los servicios no logran ocupar toda la fuerza de trabajo disponible (excedente de mano de obra), este ejército industrial de reserva va engrosar a la llamada "economía informal".
También, las ventajas comparativas a nivel internacional no favorecen a la producción y realización del café, además con el incremento de los costos de producción, este sector pierde espacios de competitividad en el mercado externo. Actualmente producir una libra de café, requiere 94 centavos de dólar, anteriormente era sólo de 54, en cambio en Vietnam para producir esa misma cantidad hay que invertir, 22 centavos de dólar.
Tal contexto, no es nada halagador y profundizará, sin lugar a dudas, la crisis agraria del país y por supuesto los niveles de la concentración de la tierra, con el respectivo aumento del desempleo en el campo y la miseria de su población.

La concentración de la tierra en Colombia.
El proceso de la concentración de la tierra, es un problema estructural del país que se agrava por la falta de una reforma agraria, provocando mayores niveles de inseguridad y violencia en el campo.
La estructura agraria de Colombia ha sufrido una transformación considerable, al pasar de una estructura latifundista señorial, a la forma de propiedad capitalista "moderna" concentrada, también latifundista que acapara entre el 40 y el 70% de las tierras mas fértiles volcadas hacia el mercado externo y con uso reducido de la fuerza de trabajo (agricultura comercial). Esta inmensa concentración de la tierra contrasta dramáticamente con la excesiva parcelación del minifundio, agotado e improductivo, de corte tradicional, de una agricultura de subsistencia, segmentada abandonada a su propia suerte.
Algunas estadísticas señalan que el 48% de las tierras mas fértiles del país están en manos del 1.3% de los terratenientes, mientras el 67% de los campesinos solo poseen el 5.2% de tierras cultivables. Por otra parte, el 0.8% de los propietarios son dueños de extensos latifundios que cubren áreas de más de 300 has., y controlan el 68% de las tierras agrícolas; el 79% de los propietarios minifundistas, cultivan parcelas de menos de 5 has. y solo tienen el 5.6% de las tierras fértiles, lo que es mas grave aún, existen 1.5 millones de familias campesinas sin acceso a la tierra .
La distribución de la tierra se ha vuelto cada vez más concentrada: el 3% de terratenientes posee más del 70% de las mejores tierras. Sin embargo, en los últimos 25 años, se ha operado un proceso de traspaso de la propiedad, de las antiguas familias aristocráticas y oligárquicas a los nuevos ricos del país: los narcotraficantes que, hoy por hoy, controlan el 70% de las mejores tierras de la geografía nacional. Este contexto propicia todo tipo de conflicto y violencia, haciendo casi imposible la convivencia en las zonas agrarias del país, que con la guerra sucia y el terrorismo de estado, han sembrado la incertidumbre total en los campos colombianos.
Dentro del esquema del régimen bipartidista, no hay solución para los problemas agrarios acumulados de generación en generación. Los débiles intentos de reforma agraria, primero en la década de los treinta, después durante el gobierno de Lleras Restrepo (1966 a 1970)y, mas recientemente en los ochenta, han quedado en eso, en simples intentos, porque no ha habido ni voluntad ni proyectos integrales de parte de las oligarquías para instrumentar un verdadero proceso de reforma agraria.
Estos intentos de reforma agraria ha reproducido las relaciones capitalista en el campo ahondando los problemas de colonización y neocolonización espontanea con efectos nefastos sobre la estructura ecológica de aquellas áreas geográficas que reciben el peso de las ilusiones de miles de campesinos sin tierras víctimas de la economía del narcotráfico en alianza con los grandes latifundista.

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